Hepatitis significa inflamación del hígado. Hepatitis C aguda se refiere a los primeros seis meses después de haberse expuesto. Hasta un 25% de las personas eliminarán el virus naturalmente sin tratamiento. El resto desarrollará infección crónica o a largo plazo.
Muchas personas con hepatitis C no presentan síntomas durante las primeras etapas de la enfermedad, es decir no tienen aspecto de enfermos ni se sienten mal. De hecho, la mayoría de las personas que viven con el VHC no saben que portan el virus. Si se presentan, los síntomas pueden incluir los siguientes:
- Fatiga o cansancio extremo
- Fiebre
- Náusea
- Pérdida del apetito
- Pérdida de peso inexplicable
- Molestia abdominal
- Dolores musculares y en las articulaciones
- Ictericia, o color amarillento de la piel y los ojos
- Orina oscura
- Heces claras o color arcilla
- Picazón en la piel
- Edema o inflamación de los pies y pantorrillas
- Confusión o problemas con la agudeza mental y la memoria
- Niveles anormales de ALT y de otras enzimas hepáticas.
Sin embargo, después de años o décadas, la hepatitis C puede llevar a complicaciones graves. En los casos más graves, el hígado ya no puede llevar a cabo sus funciones vitales, como el control del azúcar y la grasa en la sangre y el filtrado de toxinas. Un hígado lesionado puede desarrollar tejido cicatrizal, conocido como fibrosis. Eventualmente, la acumulación de tejido cicatrizal puede bloquear el flujo de sangre a través del hígado, causando hipertensión portal.
El VHC puede causar carcinoma hepatocelular, la clase más común de cáncer hepático. Si no es tratada, la hepatitis C puede también causar problemas de salud más allá del hígado, incluyendo un mayor riesgo de linfoma, enfermedad cardíaca y diabetes.
Las personas con cirrosis grave o descompensada pueden experimentar inflamación debido a la acumulación de fluído en el abdomen (ascitis), venas sangrantes (várices) en el esófago o estómago y deficiencia mental (encefalopatía hepatica). En los casos más graves, pueden desarrollar una insuficiencia hepática que ponga la vida en riesgo. La hepatitis C es la causa más común de los trasplantes de hígado en los Estados Unidos.
Otras causas de cirrosis de hígado y cáncer de hígado incluyen el virus de la hepatitis B (VHB), alto consumo de alcohol y enfermedad por hígado graso. La enfermedad por hígado graso no relacionada con el alcohol (NAFLD, por sus siglas en inglés), y su forma más grave, la esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés), son causas en aumento de la enfermedad hepática avanzada. Ahora que se puede prevenir el VHB con una vacuna y que el VHC puede ser tratado fácilmente, se espera que la enfermedad por hígado graso supere a la hepatitis C como razón principal de trasplantes de hígado.
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