El virus de la hepatitis C (VHC) es la infección de transmisión sanguínea más común en los Estados Unidos, pero también se lo conoce como el “asesino silencioso” de América, porque la mayoría de las personas que viven con el virus no saben que están infectadas.

La hepatitis C, que lentamente ataca al hígado, se transmite a través del contacto con sangre infectada, generalmente a través de agujas (durante el uso de drogas o con tatuajes), transfusiones de sangre contaminada o durante el parto. En raros casos, la hepatitis C también puede ser transmitida sexualmente.

Casi el 80 por ciento de los pacientes diagnosticados no muestran ningún síntoma obvio, aproximadamente el 20 por ciento de las personas con hepatitis C la eliminan por sí mismos. Pero durante el transcurso de varios años puede causar cirrosis (cicatrización del hígado), cáncer de hígado, insuficiencia hepatica y muerte.

Cada año ocurren más de 18,000 nuevos casos de hepatitis C en los Estados Unidos. Y casi 12,000 personas mueren al año por enfermedad hepática relacionada con el VHC.

No existe una vacuna para protegerse contra el virus, pero puede curarse utilizando una combinación de medicamentos aprobados.

Datos rápidos: La hepatitis y los Latinos

  • Aproximadamente 4 millones de americanos viven con hepatitis C crónica. Los Latinos representan casi un cuarto, o 1 millón de dichas infecciones.
  • Los Latinos son menos propensos que los hispanos no-blancos a hacerse la prueba del VHC.
  • Los Latinos corren uno de los riesgos más altos de contraer, ser diagnosticados o morir a causa de la hepatitis C en los Estados Unidos.
  • La hepatitis C progresa más rápidamente y resulta en más problemas de salud en los Latinos que en cualquier otro grupo étnico.


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